La moda flamenca, eterna vigencia

El mismo cuidado y esmero, puesto en la confección de estos trajes y accesorios desde hace siglos, sigue haciendo de la moda flamenca un caso insólito: una indumentaria folclórica y popular que no abandona el glamour. Este fenómeno de la moda universal, se debe en gran parte, a que desde sus orígenes se ha mantenido fiel a la intención de enaltecer la figura de la mujer, y reflejar la cultura e influencia andaluzas.

En esta evolución con las tendencias de moda de cada época, se han comprometido sobresalientes diseñadores y diseñadoras de la moda flamenca, aportando cada año toda su creatividad y profesionalismo, para mantener vigentes los elementos tradicionales de esta moda; y mantener viva la vistosidad, refinamiento, y elegancia en la silueta, de un vestido como el traje de flamenca y atuendos que resplandecen como pocos.

No sólo el vestido, sino también los complementos de flamenca diseñados y fabricados artesanalmente en su gran mayoría, estarán siempre impulsados por una corriente que reta el paso del tiempo: flores de flamenca, chales (muy usados en ferias, maestranzas, y en muchos otros festejos sociales), pulseras, aretes, abanicos devenidos en verdaderas obras de arte, etc. Las flores de flamenca son unas de las características decorativas, que más llama la atención en el gran público admirador de estos atuendos. La elegancia y colorido que imprimen al vestido en general es sencillamente imponente.

De ningún otro traje tradicional puede decirse que refleja un rico pasado cultural, pero proyectado al futuro de forma indetenible, gozando del estilo y tendencias que la moda imponga. La música y baile del flamenco, perdurarán por siempre junto a la “forma de guitarra” que da el ajuste perfecto de un traje de flamenca.

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