Traje de flamenca: Una moda que llegó para quedarse

La cultura flamenca es un heterogéneo y colorido equilibrio de bailes, expresiones, creencias, actitudes y vestimentas. Considerado como un signo distintivo de la cultura andaluza española, el traje de flamenca ha logrado trascender épocas y fronteras y ha calado hondo en el gusto de la gente, llegando a ser considerado por propios y extraños como un hermoso recurso para realzar la belleza femenina. No es una moda pasajera ni una tendencia que pasa rápido entre los veloces cambios de la vida moderna. La moda flamenca es un estilo que ha llegado para quedarse.

Una bella metáfora

La moda flamenca consta de varios elementos. Peinetas y peinecillos para recoger el cabello; abanicos y castañuelas para adornar las manos; pendientes, flores y mantones para combinar con el traje, todo ello en armonía crea un sorprendente conjunto que hace de la mujer una representación de la belleza y la tradición. Gracias a estos elementos un traje de flamenca logra convertirse en una bella metáfora de las ondas del viento gracias a sus volantes, de los cielos estrellados por sus lunares y de la pasión por su talle espigado.

Un lienzo para la imaginación

Volantes, lunares y talles, vertidos en coloridas telas, son el signo característico de los trajes de flamenca. Este estilo ha tenido variaciones desde su aparición, a finales del siglo XIX, y su adaptación a las exigencias de cada época ha hecho que el traje de flamenca modifique algunos aspectos como el largo de la falda, colores, estampados, sin por ello abandonar la esencia de la cultura flamenca. Grandes diseñadores de la moda han usado el traje de flamenca como un lienzo para crear nuevos estilos y ello le ha otorgado mayor popularidad y entusiasmo, haciendo de esta vestimenta un ejemplo de que es posible mantener la tradición en la innovación.

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